jueves, 17 de septiembre de 2009

EL ABORTO, ¿UNA POLEMICA HIPOCRITA?

Desde que la ciencia médica ha permitido la práctica segura del aborto libre, evitando anteriores métodos terribles y escondidos, véanse si no los esqueletos de fetos en las proximidades de conventos antiguos, la polémica ha acompañado a esta opción, y las más variopintas posiciones han tratado de erigirse como autoridades intra-uterinas. Desde el 'no' más tajante hasta el 'sí' totalmente libre, ¿qué duda cabe de que nadie ha aportado argumentos mínimamente convincentes para personas ajenas a cualquier grupo de interés?

Constantemente y en todo el mundo podemos leer reportajes sobre médicos procesados y encarcelados, o apedreados y vilipendiados, muchachas marginadas por su entorno, manifestaciones agresivas de autodeclaradas 'personas morales', marchas y contramarchas legislativas, solemnes proclamas de gurús y santidades mediáticas, coacciones por parte de responsables de planificación familiar, abogados y parroquianos, exaltadas apelaciones tanto al feminismo como al marujismo, y -como no- vergonzosos debates televisivos donde nadie sale nunca de su trinchera de vanidad y prepotencia. Por no juzgar con excesivo rigor y declarar a todos lunáticos, nos quedamos en preguntar si el aborto es una polémica quizás hipócrita...
Nosotros no somos ni médicos ni juristas, pero a pesar de este 'defecto', y para introducirnos en la cuestión, vamos a presentar una serie de puntos que pensamos que hay que aclarar ANTES de poder opinar nada sobre este particular debate.

Definición de la persona jurídica de la embarazada, respecto a su útero y feto.
Definición de derechos y deberes de ambos progenitores, igualmente respecto al feto.
Definición -si procede- del control estatal en esta materia.
Definición -si procede- del control de otras entidades.
Delimitación de las implicaciones fisiológicas del aborto y del parto.
Delimitación de las implicaciones psicológicas del aborto y del parto.
Definición de la persona jurídica del feto, basada en la
Definición científica de la aparición de la persona humana a partir de un feto.

Consideraciones sobre estos puntos:

1. Definición de la persona jurídica de la madre respecto a su útero y feto.
La ley garantiza el libre uso del propio cuerpo. Aquí hay que definir a partir de qué momento un feto ya no es parte del cuerpo de la embarazada sino un ser independiente con derechos propios.

2. Definición de derechos y deberes de ambos progenitores, igualmente respecto al feto.

En el momento en que el feto obtiene su estatus existencial y jurídico, los progenitores son responsables de su bienestar, pero hasta el nacimiento la madre decide. Como la madre no es un instrumento procreador de nadie, ella debe tener la máxima autoridad. En cuanto al padre, asimismo debería poder decidir sobre el tener o no-tener un bebé, dado que luego será responsable del mismo. (Imagínese el caso frecuente en que la mujer se hace embarazar sin el consentimiento del padre, ya sea novio o marido.)

3. Definición -si procede- del control estatal en esta materia.

El estado se debe limitar a garantizar y desarrollar el soporte necesario al libre uso de los derechos ciudadanos y vigilar el cumplimiento de los deberes. El estado no puede considerar a sus ciudadanas como fábricas de súbditos. Mientras el estado no garantiza los mínimos de bienestar (medicina, educación, dignidad...), no puede prohibir el aborto. El estado en todo caso debería planificar los cauces demográficos, laborales y asistenciales para el futuro e incentivar, pero nada más, el aborto o el parto según el caso.

4. Definición -si procede- del control de otras entidades.

Naturalmente, todos pensamos en las iglesias, que después de haber matado millones de seres humanas por el simple hecho, por ejemplo, de discrepar, ahora se alzan en defensores de 'la vida'. También extraña el hecho de que a pesar de llamar al cuerpo 'podredumbre, tumba del alma', etc. ahora se muestran tan interesados por la carne. Tales entidades que manejan tantas morales -ninguna, una, dos, tres, no se sabe- deben estar excluidas de este debate, por pura sensatez, cosa que hasta un cristiano sincero debería comprender, más cuanto este asunto no tiene nada que ver con su creencia en Jesús.

5. Delimitación de las implicaciones fisiológicas del aborto y del parto.

Tanto uno como otro dejan o pueden dejar huellas en el cuerpo de la mujer. Si el aborto tiene potenciales peligros, tanto o más los tiene el parto, sin olvidar la deformación física que implica.

6. Delimitación de las implicaciones psicológicas del aborto y del parto.

Lo mismo, en cuanto a la salud psicológica.

7. Definición de la persona jurídica del feto, basada en la definición científica previa.

Está claro que una célula no es una persona humana y un recién nacido sí lo es. Queda entonces por establecer en qué momento entre esos dos extremos surge la persona jurídica. Una vez establecido científicamente, el aborto antes de esa fecha no será nunca asesinato, pero después de esa fecha sí lo será. Aquí no caben razones como el sufrimiento del feto u otros subjetivismos, dado que hoy esta práctica no tiene porqué suponer dolor. El criterio, a efectos de máxima objetividad, será totalmente científico.

8. Definición científica de la aparición de la persona humana a partir de un feto.

Hace falta estudiar cuándo es realmente el momento en que el feto tiene un desarrollo tal que se puede llamar humano (sobre todo el pensamiento por simple que sea, que supone una previsión (en este caso, nacer) que se vería 'abortada'. De otro modo, tendríamos que excluir (y quizá lo debamos) toda muerte de seres vivos, pues estos viven, sienten y tienen procesos cerebrales. Puede que sea exigir demasiado a los seres humanos, o sea, que pongan un poco de claridad en sus valores morales, tan influidos por el chiste bíblico de que el hombre reinará sobre toda especie y la tierra entera.

No olvidemos que cierto grupo de poder recomienda a las embarazadas 'llevar su cruz, como Aquel la llevó', pero en la práctica siempre son las desfavorecidas quienes llevan grandes cruces de sufrimiento, no así las adineradas que pueden irse en cualquier momento a Holanda o Inglaterra a abortar. Los pobres jamás abortarán con la misma facilidad, incluso si el bebé va a ser tarado seguro. Pero claro, cuantos más miserables haya en el mundo, mejor resonancia tendrá la doctrina de la salvación a través de la penitencia...
Nunca perdonaremos que 'gracias' a las presiones del enclave de Pedro sobre la Comisión para población de la ONU, no se llegó a la distribución masiva de contraceptivos en el Tercer Mundo, tan hundido ya de por sí, que sólo le faltaba esto para ser rematado.

La alianza entre estas políticas racistas, nigromantes y amorales de púlpito tiene muy claro que, así lo han afirmado, 'van a llevar sus principios hasta sus últimas consecuencias, aunque el mundo reviente'.

En fin, esperamos que todos empecemos a definir primero los hechos y los límites de esta cuestión, y dejemos de opinar sobre vivos y no vivos.

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