martes, 1 de diciembre de 2009

Nueva Acropolis 1



Primeramente, quiero definir nuestra posición ante el fenómeno sectas. Ante él, nuestra postura no es la de la defensa de los valores de la familia o de la religión establecida, o del horror ante la llegada del diablo. No. Nos motivan únicamente dos cosas: la defensa del individuo, tanto psicológica como jurídicamente, y la defensa de la democracia ante los usurpadores de poder político, financiero y educacional.

Lamentamos profundamente que a estas alturas los jóvenes sean captados por ideologías que nada tienen que ver con nuestro tiempo, nuestros conocimientos y nuestros valores, captación que siempre se produce de forma encubierta bajo formas 'light', aparentando una identidad con las inquietudes del jóven, cuando en realidad tras todas las amables propagandas se esconden los mayores Carcas del mundo, a veces superando ampliamente a curas y fachas de siempre en reaccionarismo.

Desde luego que el fenómeno no es alarmante por su número (menos el caso de las gran secta católica), pero sí en cuanto constituye una serie de agujeros negros que se tragan a personas incautas, y ello rozando o transgrediendo la ley, y mucho más todavía, porque sabemos que a medio y largo plazo podrían llegar a ser realmente influyentes. Recordemos si no, el nacimiento del nazismo a partir de un loco inculto y unos cuantos seguidores. Éste aprovechó una especie de momento álgido para encumbrarse sobre una sociedad dualizada -igual que el políticamente insípido Franco-, cosa que podría repetirse si nuestra sociedad entrase en crisis. Por ello, ninguna secta es en sí relevante: lo es mucho más el auge de la nueva espiritualidad y reaccionarismo en general, que es el campo donde los 'salvadores de la humanidad' sembrarán sus malas hierbas.

En su momento, publicaremos un estudio sobre la New Age y sus relaciones con el 'pensamiento' totalitario, sobre Religión, magia y mentalidad arcaica, y sobre Corrientes ocultas dentro del esoterismo y política.

Como primicia de esta serie, publicamos el presente trabajo sobre la secta (de origen, medios y destino totalitario, como veremos) llamada Nueva Acrópolis (NA). Esta última es interesante por cuanto representa el non plus ultra de la tergiversación y de la manipulación dentro del panorama sectario (tanto político, como cultural y religioso).

Para orientarnos, de entrada diremos que NA es una secta fundada por un filofascista y aprendiz de brujo llamado Jorge Angel Livraga Rizzi (J.A.L.), quien parece que ya ha muerto. Argentino de origen italiano, se crió en el ambiente de la contrarrevolución argentina (le enorgullece que lo primero que olió fue la pólvora), bien regada de antiguas canciones fascistas y supersticiones católicas-tercermundistas. Aunque públicamente ostenta una serie de diplomas universitarios y medallas, todo eso ha sido comprado en el mercadillo de los títulos. Obtuvo un premio de poesía en su juventud, pero cuando surgió en él el Soldado de Dios y Patria, escondió rápidamente esas cosas afeminadas. Lo que según él realmente le acredita es que es el único iniciado viviente (menos mal que no hay más que uno) de una logia formada por todos los 'sabios' que hubo en el mundo (¡uff!), coronada por los ángeles y dioses (astros). Cree en la reencarnación para evolucionar de piedras a dioses (sic), que la humanidad viene de la estrella Sirio (donde vive un dios egipcio) y que tiene que volver allí (nos preguntamos si en OVNI o a través del suicidio ritual), pero eso sólo será posible si antes los seres humanos se convierten en superhombres arios, dignos creyentes en la parapsicología, magia y los valores castrenses (vaya cocktel, ¿no?). El destino está predeterminado pues, y la historia no es más que un obra de teatro escrita por los iniciados y dioses. Por ello, Julio César, Carlomagno, Napoleón, Mussolini, Hitler, Franco y, claro, Livraga son los encargados de poner en orden a la humanidad. Según él, seguro que la hechadora de tarot del mercadillo y el golpista Tejero estarán más cerca de su dios que nosotros...

Lo que nos propone es una teocracia totalitaria donde todos debemos ser discípulos (aprendices-sirvientes) del estado regido por iniciados. Buena parte de la doctrina es una copia de la República y las Leyes de Platón. "Todo hombre debe aprender desde pequeño que no debe pensar ni obrar por sí mismo, sino en todo momento obedecer a su jefe" es una de sus citas favoritas, junto a "la justicia es lo que conviene al estado".

Según dicen, NA es seguidora de las enseñanzas teosóficas contenidas en los monstruosos (por absurdos y empalagosos) tratados de Madame Blavatsky, Annie Besant y Rudolf Steiner (co-inventoras y populizadoras del racismo ario, de la gruz gamada y de una nueva ola de superstición que aún perdura). Igual que todos sus inspiradores, sean la teosofía o la iglesia católica, la táctica siempre es la misma: predicar el bien universal para luego instaurar una hegemonia absoluta.

Todo lo dicho puede encontrarse en los libros de los personajes citados, en las revistas de la secta (las actuales se cuidan mucho de decirlo, pero en los números antiguos anteriores a la alarma social contienen apologías de Hitler, Franco, José Antonio, Perón, Pinochet, detracciones de la democracia y modernidad en general, etc.) y en los papeles internos filtrados por ex-esclavos que se encuentran en manos de las instituciones que se ocupan del tema.

Por si quedan dudas, ellos saludan con el brazo en alto diciendo "Ave J.A.L.", o sea Heil Hitler a su manera...